Celebramos el
desafío contínuo.
1990
Adrián Pistolesi y Miguel Ángel Ramirez, dos estudiantes que forjaron una amistad cursando juntos toda la carrera, se reciben de ingenieros electricistas mientras trabajaban en CNEA. Se desarrollan profesionalmente en la institución durante 10 y 15 años respectivamente, llegando a ejercer cargos jerárquicos de mantenimento de usinas y redes de los centros atómicos de Ezeiza y Constituyentes.
Adquieren una sólida formación profesional tanto en lo técnico como en Calidad (Q.A.), Sistemas de Compras y contrataciones, y llegan a participar en la revisión y redamping de la central Atucha I en el año 1987.
A modo de trabajos esporádicos y ante el auge del GNC, inician instalaciones eléctricas antiexplosivas de compresores y surtidores en estaciones de servicio. Amplían su prestación realizando los proyectos e instalaciones de piping de estaciones de gas y su respectiva habilitación ante los entes. También realizan tableros e instalaciones eléctricas, entre ellas el Hipódromos de La Plata.
En 1990, renuncian a sus trabajos y fundan Piram (Pistolesi + Ramirez) el 27 de noviembre, incorporando al plantel algunas personas que ya participaban de la actividad.
